Durante los últimos meses del 2013, tuve la enorme fortuna de poder colaborar en la elaboración de un par de ofertas relacionadas con lo que habitualmente se denomina «Smart City».
Digo enorme fortuna, porque me parece que hay pocos temas más interesantes y con más recorrido que la transformación que necesariamente van a sufrir las ciudades, o mejor dicho, están sufriendo, para adaptarse a la realidad que les impone la nueva era digital.
Parto de la base de que soy un firme defensor de la Administración Local, creo que es el nivel de la Administración más importante para los ciudadanos, y el que más se puede aprovechar de las posibilidades que nos ofrece la tecnología.
¿Por qué? Muy sencillo, la ciudad es el espacio en el que vivimos, donde nos relacionamos, donde educamos a nuestros hijos , donde trabajamos, es el espacio en que desarrollamos nuestra actividad diaria, donde nos movemos físicamente, y en consecuencia es el espacio donde más valor nos pueden aportar novedades como la georreferenciación, la realidad virtual, la movilidad y otras tendencias tecnológicas que a buen seguro van a cambiar en los próximos años la forma en la que las Administraciones se relacionan con sus ciudadanos.
Creo firmemente que no nos queda mucho para poder ver algo así:
Y que las posibilidades desde el punto de vista de su aplicación a los servicios públicos son infinitas:
El caso es que dos meses después de dicha experiencia me he animado a escribir una entrada en el Blog en la que me gustaría dar mi visión sobre este tema y para ello voy a dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo creo yo que serán las ciudades del futuro?
- Las ciudades del futuro serán ciudades interconectadas, completamente sensorizadas donde será posible obtener información sobre todo aquello que está pasando en la ciudad en tiempo real. Conocer el nivel de llenado de un contenedor, la ubicación exacta de un servicio de limpieza o el nivel de humedad de un seto dentro de un parque es algo que se podrá hacer en tiempo real.
- Los responsables que nos gobiernan podrán tomar decisiones en base a simulaciones, que les permita evaluar sin riesgo a equivocarse que ocurre si reduzco un 2% el presupuesto de limpieza, aumento un 5% el presupuesto de mantenimiento de los semáforos o cambio la ruta programada para una manifestación.
- Los ciudadanos no sólo participarán en las decisiones de gobierno de la ciudad sino que participarán directamente en la prestación de los propios servicios públicos. Será posible reportar una incidencia, abrir una petición para cambiar un elemento del mobiliario urbano y colaborar con los servicios profesionales en la prestación de los servicios de la ciudad. ¿Os imagináis cómo sería una ciudad en la que sus ciudadanos participasen activamente en el mantenimiento del espacio urbano?
- Aumentará la importancia del concepto de barrio, y los servicios digitales se personalizarán para dar respuesta a las necesidades concretas de cada ciudadano teniendo en cuenta para ello el barrio en el que vive. La era digital es la era de la personalización, de las relaciones 1:1, ¿por qué no pensar en webs adaptables que se personalizan en función de la ubicación del dispositivo y de los gustos del ciudadano que accede?
- Los ciudadanos podrán crear nuevos contenidos digitales dentro del ecosistema y estos convivirán con los contenidos institucionales creados en la propia plataforma. Recomendaciones, trucos y peticiones formarán un único ecosistema junto con toda la información formal e institucional sobre los servicios.
- Desaparecerán las guías de viaje en sentido tradicional y estas serán sustituidas por todo un mundo de contenidos digitales que se mezclarán con el espacio físico para crear un mundo virtual unido al mundo real que guíe al turista en su visita por la ciudad.
- Los gobiernos serán realmente transparentes y los millones de datos generados cada segundo se pondrán al servicio de la Comunidad, para que aplicaciones desarrolladas por ciudadanos o empresas generen servicios de valor al servicio de toda la ciudadanía.
- Los proveedores serán medidos y en consecuencia pagados en función de la calidad del servicio percibido por los ciudadanos. Se acabó el establecer unos recursos mínimos y máximos para garantizar la prestación de un servicio, lo que contará es el resultado final.
- Los ciudadanos se convertirán en inspectores de los servicios y como tales dispondrán de herramientas para poder reportar el resultado de su observación, al fin y al cabo los más interesados en recibir un servicio de calidad son las personas que viven en el barrio.
- Se emplearán técnicas de juego, comúnmente conocidas como gamificación, para fomentar comportamientos deseados en ciudadanos y empleados públicos.
Y tú, ¿cómo crees tú que serán las ciudades del futuro?