Categoría: Digital Platform

Viviendo en un nuevo mundo conectado

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De vez en cuando, pero sólo de vez en cuando, creo que es sano y necesario dedicar diez-quince minutos a pensar, y a hacer balance sobre de donde vengo y a donde voy, para ser consciente de donde te encuentras y conseguir que seas tú el que gobierne tu vida y no tu vida la que te gobierne a ti. Yo encontré esos quince minutos ayer y después de pensar fríamente en todo lo que me ha pasado y lo que he hecho en los últimos cinco años llegué a la siguiente conclusión: ¡Soy un privilegiado!.

Lo soy por muchas cosas, vivo en una ciudad preciosa, en la casa que siempre quise tener, tengo una familia maravillosa, un coche nuevo que casi me hace llorar de emoción, soy del Atleti… Pero no, no hago esta afirmación por ninguno de estos motivos, en este caso soy un privilegiado porque durante los últimos tres años he tenido la enorme fortuna de trabajar casi en exclusiva en el mundo de Internet of Things, comúnmente llamado IoT,  y es por ello que me ha parecido buena idea dedicar una entrada a hablar de este tema, tan popular y al mismo tiempo tan desconocido por la gran mayoría de la gente: el Nuevo Mundo Conectado

Mis primeros pasos en este mundo datan de mi época como arquitecto en la industria de Sector Público. Allí, empecé a adentrarme en este mundo de la mano de las Smart Cities, ciudades conectadas, que pasan a llamarse ciudades inteligentes, porque son capaces de utilizar los millones de datos que nos ofrece la ciudad en tiempo real para tomar decisiones inteligentes.

Durante aquella época, aprendí un montón, empecé a conocer las bondades de las arquitecturas SOA-Event Driven, dí mis primeros pasos en el nuevo mundo del Big Data, y me explicaron de primera mano cuál era la diferencia entre el Business Intelligent tradicional y el nuevo mundo del Advanced Analytics.

Siendo ya un experto en el mundo de las Smart Cities me llegó mi primera oportunidad en el ámbito privado de la mano de la Casa Conectada. En esa industria aprendí mucho más de los cuatro niveles requeridos para el desarrollo de oportunidades de IoT: dispositivos, redes, plataformas y aplicaciones, de los diferentes tipos de dispositivos existentes en el mercado, de la dificultad para definir propuestas de valor alrededor de la tecnología que desemboquen en la identificación de oportunidades reales de negocio, y de la necesidad de definir un business case con un retorno de la inversión suficiente para justificar el despliegue de un servicio de este tipo.

Aprendí también de la importancia de poder definir estos tipos de servicios con plataformas de prueba y pilotos, que permitan testear el nivel de aceptación de los servicios por parte del cliente final, y lo que es más importante, su predisposición a pagar por dicho servicio.

Tras varias oportunidades en el ámbito de la Casa Conectada, me surgió la oportunidad de dar el salto también al mundo del Coche Conectado. Allí empecé con el foco puesto en el desarrollo de aplicaciones, en cómo transformar los datos telemáticos capturados directamente en el coche en aplicaciones de valor para el cliente final. En la importancia de la experiencia de usuario, de la elección del canal y los mecanismos de interacción para relacionarse con el conductor mientras este conduce. En saber diferenciar qué servicios eran relevantes antes, durante y después de ponerse al volante.

Pero la cosa no quedó allí, del Coche Conectado pasé al Seguro Conectado, y en ese salto aprendí infinidad de cosas nuevas sobre los diferentes medios que existen para poder capturar datos telemáticos de un coche, sobre Dongles, On Board Units, dispositivos que requieren instalación y dispositivos que pueden ser autoinstalados. Aprendí que un Smartphone puede ser un receptor y transmisor de datos telemáticos y aprendí que toda esa información que habla de aceleraciones y geoposiciones, puede ser de enorme valor para evaluar el nivel de riesgo de un conductor mientras conduce.

Y entre medias de todo eso, tuve mi primera oportunidad de Todo Conectado, una oportunidad en la que lo realmente importante era crear una experiencia de usuario única para un usuario final combinando todo el potencial de IoT en múltiples ámbitos de actuación: casa, coche y personas, focalizándonos por encima de los servicios en la experiencia digital de usuario.

Este Todo Conectado me sirvió para entender la relevancia de trabajar sobre plataformas modulares, capaces de crecer en torno a soluciones verticales. Plataformas capaces de crear ecosistemas alrededor de los datos con propuestas de valor distintas para cada uno de los interesados. Plataformas que se convierten en un medio para dar respuesta a la parte menos relevante: la tecnológica, permitiéndonos focalizarnos en la parte más relevante: la propuesta de valor.

Y en los últimos seis meses he vivido la gran eclosión: fábricas conectadas, obras conectadas, trabajadores conectados, enfermos conectados, abuelos conectados, supermercados conectados, allí donde mires hay un experto en una determinada industria que ha tenido la brillante idea de pensar que si conectamos algo a Internet que antes no estaba conectado podemos transformar radicalmente nuestras operaciones, lograr ahorros mayúsculos, redefinir nuestra oferta de servicios a nuestros clientes, etc, etc, etc.

Es el Nuevo Mundo Conectado. Haciendo un símil, puse agua en una cazuela, la puse a calentar, empezaron a subir pequeñas burbujas desde el fondo y ahora mismo tengo el agua en plena ebullición, con el fuego a tope, escupiendo agua por toda la cocina sin que las barreras de la cacerola sirvan para controlar absolutamente nada. Nos queda por ver en qué queda todo esto, cómo impacta realmente esta nueva ola en la forma en la que vivimos día a día, pero lo que es innegable es que estamos en plena ebullición, el potencial es indiscutible y lo que nos queda ahora es definir cuáles pueden ser las aplicaciones reales de esta «pequeña máquina de vapor» que acabamos de inventar.

Es la nueva revolución digital, de la que yo tengo la enorme suerte de poder ser parte. Personalmente estoy convencido de que lo que está por venir, es si cabe más emocionante que todo lo que ya hemos aprendido. Que lo que vamos a vivir en los próximos años es una disrupción total del mundo tal y como lo conocemos, que ahora sí vamos a poder hacer realidad escenas que hasta hace bien poco formaban parte de la ciencia ficción.

 

Mientras todo eso pasa os dejó con un vídeo sobre esta nueva realidad cortesía de Huawei y con una reflexión alrededor de dicho vídeo, ¿Cuál es el elemento clave que se repite una y otra vez a lo largo de las escenas del vídeo? Correcto: las personas. Las personas son el elemento clave sobre el que va a pivotar esta nueva revolución digital que es el Nuevo Mundo Conectado.

 

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Plataformas digitales: ecosistemas en la economía digital

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Hace un par de semanas se publicó la nueva edición del Accenture Technology Vision, el informe que publica anualmente Accenture analizando las principales tendencias en el mundo digital, este año el informe se llama: «Las personas primero: la importancia de las personas en la era digital»y como viene siendo habitual incluye 5 tendencias, que creemos van a cambiar nuestra sociedad en los próximos años, éstas son: automatización inteligente, fuerza de trabajo líquida, economía de plataformas, disrupción previsible y confianza digital.

Pues bien, como consecuencia de la lectura detallada del informe, y de la experiencia, que sobre todo a lo largo del último año he adquirido sobre este tema, he pensado que podría ser una muy buena idea dedicar una entrada a hablar de una de ellas: la economía de las plataformas.

Y para ello, voy a empezar por responder a la pregunta del millón, ¿qué es una plataforma digital? La respuesta no es sencilla, el concepto de plataforma es algo que está en constante evolución, reinventándose a si mismo diariamente. Sin embargo, existen en todas ellas una serie de características comunes, que nos pueden ayudar a entender a qué nos referimos cuando hablamos de plataformas digitales:

  • Son ecosistemas que conectan a un grupo de interesados con un fin común, ya sea éste un fin económico, social o de cualquier otro tipo.
  • Se basan en el uso de capacidades tecnológicas para soportar la actividad de la plataforma.
  • Habilitan múltiples canales a sus usuarios para facilitar el acceso a la información y a los servicios en cualquier momento y desde cualquier lugar.
  • Están en continua evolución, se desarrollan utilizando metodologías ágiles y esto lleva a que continuamente están habilitando nuevas funcionalidades y discontinuando funcionalidades que no han tenido una buena aceptación, en definitiva, reinventándose a si mismas de forma continua con la intención de crear la mejor experiencia de usuario posible, maximizando la generación de valor. Son ecosistemas que tienen «vida propia».
  • Buscan la interoperabilidad con otras plataformas a través del uso de estándares que faciliten los intercambios de información y servicios.
  • Son personalizables y permiten a cada usuario disfrutar de una experiencia totalmente distinta, ajustada a sus necesidades y a sus gustos.
  • Su valor aumenta exponencialmente a medida que aumenta el número de usuarios de la plataforma.

Resumiendo, una definición de plataforma digital que aúne todas estas características podría ser la siguiente:

«Una plataforma digital es un ecosistema de interesados conectados con la ayuda de una plataforma tecnológica alrededor de un fin común, permitiendo la interacción continua a través de diferentes canales, la personalización de la plataforma para cada uno de ellos y la interconexión con otras plataformas de uso común. Su valor está directamente relacionado con el número de interesados que hacen uso de la plataforma

Como siempre, la mejor forma de entender de qué estamos hablando es analizado algunos ejemplos. Veamos algunos ejemplos de plataformas de referencia en diferentes ámbitos:

  • Facebook, es la plataforma social por excelencia, la red social con mayor número de usuarios del mundo. Toda red social, por definición es una plataforma digital, su fin es inicialmente lúdico, pero en muchos casos estos ecosistemas han dado paso a otro tipo de servicios, en ocasiones con fines económicos. En este caso, creo que no hace falta que me extienda mucho más teniendo en cuenta que prácticamente todo el mundo hace un uso cotidiano a día de hoy de las redes sociales.
  • Amazon, sí Amazon también es una plataforma digital, algunos seguro que pensarán que es sólo un portal de comercio electrónico, pero la realidad es que no, a día de hoy Amazon es mucho más. Amazon es una plataforma de comercio electrónico donde no sólo vende Amazon, muchísimas empresas comercializan sus productos a través de la plataforma. Creo que no hay ninguna duda sobre la importancia de la tecnología en Amazon, igual muchos no lo saben pero además de su Web y de sus Apps, Amazon está empezando a abrir tiendas físicas, no se me ocurre ningún ejemplo mejor de multicanalidad. Está en continua evolución, incorporando nuevos productos a sus catálogos, desplegando nuevas funcionalidades, introduciéndose en nuevos mercados y busca experiencias únicas para cada usuario a través del análisis de la información disponible sobre cada uno de ellos, gracias a su excelente motor de recomendación de productos.
  • Google, sí Google también es una plataforma digital, de hecho yo diría que Google es LA PLATAFORMA DIGITAL por excelencia. Empezaron siendo un buscador, y conectaron a aquellos que buscaban con aquellos que querían ser encontrados, luego lo georeferenciaron todo con Google Maps, luego empezaron a crecer, crearon Google+, una red social alrededor del servicio, Google My Business, para facilitar la visibilidad de los negocios, Google Shopping para facilitar la compra venta de artículos, Google Drive para mejorar el almacenamiento de los contenidos, etc, etc, etc, la lista es interminable. Y durante todo ese tiempo, crearon y cerraron servicios y negocios, lanzaron productos, permitieron a los usuarios crear su propio Google dentro de Google y dieron pasos relevantes para entrar en nuevos canales como el móvil, con la ayuda de Android, el coche con Android Auto y la casa con adquisiciones estratégicas como la compra de Nest. Resumiendo, Google, al igual que Apple, es hoy en día una de las plataformas digitales de referencia.
  • Airbnb, es una plataforma basada en la confianza, en la que la gente publica, descubre y reserva alojamientos únicos en todo el mundo. Es una plataforma que conecta a propietarios con viajeros haciendo uso de la tecnología, a la que se puede acceder por web y por app, donde la oferta de alojamiento está viva y los usuarios pueden crear sus propias listas con sus intereses y alojamientos favoritos.
  • Otras muchas como Spotify, Uber, Wallapop, Tripadvisor, Linkedin, Waze, Blablacar…, la lista es infinita: música, conductores, personas que venden y otras que compran, viajeros, buscadores de empleo y empleadores, allí donde miremos empieza a ser frecuente encontrar plataformas digitales, que en cierta medida plantean una oferta disruptiva con el comportamiento hasta la fecha de una industria o sector. Plataformas en la mayoría de los casos abiertas, que empiezan a interconectarse entre sí, que buscan aumentar rápidamente el número de usuarios y diferenciarse a través de una eXperiencia de Usuario diferente, simple y de valor para el usuario final, plataformas que aspiran a transformar radicalmente un sector, cambiando las reglas que lo gobiernan y la cadena de valor para el usuario final.

Pero más allá de lo que ya tenemos, desde mi punto de vista lo más relevante es lo que está todavía por venir, y eso no es otra cosa que un mundo 100% interconectado, donde la realidad digital se mezclará con la física a través de dispositivos que todavía están por llegar y uso de realidad aumentada, donde el límite entre las plataformas será cada vez más difuso. Un mundo en el que el usuario aspirará a plataformas totales con un todo conectado: mi coche, mi casa, mi familia, mi música, mis vacaciones, mis tiendas favoritas, mi ciudad, todo en una única plataforma donde pueda disfrutar de una experiencia digital total.

Una experiencia digital en continua evolución gracias al uso intensivo e inteligente de los datos, coches que aprenden y se adaptan a mi estilo de conducción, casas que optimizan el consumo en base a mi comportamiento, personas que cambian sus hábitos de alimentación y de vida en función de su estado de salud.

El cambio se está produciendo, las plataformas ya están aquí, y su efecto global será a buen seguro uno de las efectos digitales más disruptivos en nuestro día a día. Mientras todo eso pasa aquí os dejo un vídeo que resume la visión de Accenture en relación a esta nueva realidad.